domingo, 20 de febrero de 2011

60 ANIVERSARIO DEL PARTIDO

LA FUNDACION DEL PARTIDO

por Hernán Ramirez Necochea



Uno de los libros que quedaron inéditos al fallecer el compañero Hernán Ramirez Necochea es su reelaboración titulada "Origen y Formación del Partido Comunista de Chile. ( Ensayo de historia política y social de Chile)". Entregamos a continuación, como una primicia, los párrafos iniciales del Capítulo V de la Primera Parte de este libro. En él, lleva el título de "Fundación del Partido Comunista de Chile".

Todo lo que acontecía en Chile y en el mundo, generó en el partido Obrero Socialista la idea de que se iniciaba una nueva etapa histórica para el movimiento obrero. Se reconoció que el régimen capitalista estaba afectado por una crisis general, que el país -por obra de condiciones internas y externas- se hallaba en una situación revolucionaria, en una especie de preludio de la "revolución social", como se decía entonces; "estamos viviendo un momento revolucionario de transición social", afirmaba el Comité Ejecutivo Nacional del Partido en su manifiesto del 20 de noviembre de 1920. Los más conscientes y avanzados proletarios veían abrirse el porvenir ante sus ojos; nuevas y más trascendentales responsabilidades aparecían en las manos de sus organizaciones de vanguardia.

Los dirigentes del partido obrero Socialista con Luis Emilio Recabarren a la cabeza, comprendieron que había llegado el momento de fijar más claramente los objetivos del movimiento obrero chileno y de reforzar y definir su conducta revolucionaria no sólo en conformidad a los principios del marxismo, sino también teniendo en cuenta las enseñanzas que impartía Lenin, y las ricas y novedosas experiencias que entregaban la Revolución rusa, el bullente movimiento obrero internacional y aun las nuevas características que empezaba a presentar el movimiento obrero chileno.

Comprendieron también que era indispensable revisar críticamente las organizaciones de lucha de que disponía el proletariado, a fin de capacitarlas para actuar revolucionariamente, con independencia y con la mayor eficacia posible.

Para encauzar la conciencia y la acción del proletariado en un sentido definitivamente revolucionario, se consideró de urgencia construir un partido político poderoso, recio y combativo; sólo así se podía agrupar a las grandes masas trabajadoras, dirigirlas y educarlas en los principios del bolchevismo, esto es, del socialismo depurado de las desviaciones en que había caído con la Segunda Internacional y de las debilidades que hasta entonces había mostrado en Chile.

Con certera apreciación de la esencia misma del movimiento revolucionario nacional, y con pleno conocimiento de los fundamentos del internacionalismo proletario, se estableció que el Partido de la clase obrera chilena, sin perder su identidad como tal, debía asociarse estrecha e indisolublemente con las fuerzas revolucionarias forjadas por los trabajadores de todo el mundo.

De acuerdo con los criterios señalados, el Partido Obrero Socialista procedió a reajustar sus principios, sus objetivos, sus métodos y sus actos, imprimiéndoles nueva orientación.

Dentro del período en que toma formas completas la idea de fundar el Partido Comunista de Chile, esto es, entre los años 1920 y 1922, tienen lugar diversos acontecimientos importantes que ayudaron en las definiciones preparatorias de tal fundación; varios de ellos importaron el planteamiento y la consiguiente solución de cuestiones que debían ser encaradas precisamente en la fase previa a la creación del Partido; otros entrañaban la fijación o definición de ciertas líneas políticas que habían de constituir el patrimonio inicial del Partido que se construyera. Entre esos asuntos está la elección presidencial de 1920, ya examinada en el capitulo anterior, y que, como se ha visto, constituyó oportunidad para que el Partido precisara una actitud inspirada -con firme rigor ideológico- en el principio da la independencia del movimiento obrero frente a toda acción política de origen burgués.

1. Congreso de Valparaíso (1920)

Cumpliendo con lo resuelto por el Congreso extraordinario realizado en junio de 1920, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Obrero Socialista convocó al III Congreso, que se efectuaría a partir del 25 de diciembre del mismo año.

En los meses que antecedieron a diciembre, por iniciativa y a propuesta de la sección Antofagasta - ciudad en que vivía y trabajaba Recabarren- se debatió la adhesión del Partido a la Tercera Internacional (1); de tal suerte, cuando se reunió el Congreso, el tema había sido estudiado y existía en torno a él un alto grado de consenso.

El III Congreso, al que asistieron delegados de diez secciones (2) tiene importancia excepcional. En él se aprobaron muy concretas resoluciones destinadas a transformar al Partido Obrero Socialista en un Partido comunista integrado al movimiento comunista internacional.

Allí se acordó una Declaración de Principios cuyo párrafo inicial establece: "El Partido Obrero Socialista declara que su aspiración es sustituir este régimen de esclavitud y de explotación por un régimen de libertad en el cual las industrias y el Gobierno sean administrados por la organización obrera, poniendo al servicio social todo el sistema industrial y gubernativo, declarando abolido el régimen capitalista en todas sus manifestaciones". Con el objeto de conseguir "la socialización de todo lo existente en el Estado", el partido desarrollará una actividad tendiente a la ampliación y perfeccionamiento "de la organización revolucionaria de la clase trabajadora, para capacitarla a que administre por si misma todo el sistema industrial y comercial" y, en una palabra, para que asuma la dirección de la sociedad.

También el Partido declaró "que su táctica debe estar sujeta a las circunstancias y necesidades del pueblo trabajador en el actual momento de transición histórica y que su acción en cuanto a la lucha de clases debe ser cada día más definida, decidida y conscientemente revolucionaria". En concordancia con este principio, se resolvió que en las filas del Partido no deben admitirse "aquellos socialistas de antigua escuela democrática, que concretan toda su táctica de acción en una transformación evolutiva y que sólo sirve para desviar a las masas obreras del recto camino de su liberación, perpetuando el régimen oprobioso e inhumano de explotación capitalista". En razón de lo dicho, se indicó que era "deber de preferente atención de todas las secciones del partido, revisar y purificar sus filas, en forma que en cada componente se cristalicen nuestras aspiraciones comunistas y del estricto cumplimiento de nuestro programa, expulsando sin contemplación de nuestras filas a quienes manifiesten dudas sobre la eficacia de nuestra acción".

El Partido, por otra parte, declaró "que la organización capitalista de la producción y su régimen de gobierno es la causa única y determinante de todas las desgracias y miserias que sufre la humanidad, sometida por ello a la más vil explotación y esclavitud; que la organización capitalista de la producción y su régimen de gobierno, aunque se reforme o perfeccione, siempre dejará subsistir una organización basada exclusivamente en el dominio y sometimiento de la humanidad; y por lo tanto, no cabe otra solución que reemplazar la organización capitalista por el régimen comunista, cuya implantación corresponde al Partido Obrero Socialista y a la clase proletaria organizada". Sobre la base de esta declaración, el Congreso acordó:

1. Expresar sus simpatías por la Revolución Rusa y el régimen soviético;

2. Adherir a la Tercera Internacional y autorizar al Comité Ejecutivo Nacional gestionar su ingreso a ella "una vez que las secciones hayan dado respuesta al voto general"; y,

3. Designar al Partido con el nombre de "Partido Comunista, el que se adoptará inmediatamente después que las secciones hayan tomado conocimiento, pronunciándose sobre esta resolución". Respecto de las Veintiuna Condiciones (3) se indicó que ellas "se irán poniendo en práctica a medida que la capacidad proletaria lo permita".

Como programa minino de acción inmediata, se declaró que el Partido hacia suyo el de la Federación Obrera de Chile.

El Congreso, finalmente, trazó algunas lineas fundamentales respecto de la acción política revolucionaria que correspondía cumplir al Partido desde el Congreso Nacional y los municipios, reconociéndose como válida la posibilidad de establecer alianzas o pactos electorales con candidatos o agrupaciones "que reflejen el mayor acercamiento a nuestra acción y quieran contribuir a asegurar los triunfos que nuestras doctrinas anhelan".

Como se puede apreciar, el Congreso de Valparaíso posee una trascendencia enorme. En él quedó expresada la voluntad de transformar al partido Obrero Socialista en el Partido Comunista de Chile. Más aún: se adoptaron resoluciones previas indispensables para llevar a cabo tal transformación. Por estos motivos, incluso es posible considerar que a partir de ese Congreso, de hecho, quedó establecido el Partido Comunista de Chile.

En el curso del año 1921, al calor de impresionantes movimientos de masas y de enérgicas luchas proletarias, las secciones del Partido Obrero Socialista debatieron las resoluciones del Congreso de Valparaíso y se estudiaron las veintiuna Condiciones señaladas por la Tercera Internacional para que una organización pudiera pertenecer a ella. Estos debates contribuyeron decisivamente a clarificar la conciencia revolucionaria de la clase obrera; entre la gran cantidad de opiniones vertidas, son altamente reveladoras las contenidas en los siguientes párrafos de un articulo publicado por "El Socialista" de Antofagasta el 21 de marzo de 1921: "Los medios de lucha puestos en práctica hasta ayer y que figuran en las avanzadas del movimiento obrero, necesitan hoy una nueva orientación... En estos momentos supremos para la humanidad toda, no hay términos medios, no puede haberlos. Sólo hay dos caminos a elegir: o estamos con nuestros hermanos rusos y por consiguiente con la revolución social, o no estamos con ella... Y quienes están contra el proletariado ruso, están por consecuencia lógica con la sociedad capitalista, con los opresores... En la nueva ruta revolucionaria a seguir, habrá necesariamente que purificar el cuerpo social obrero, tomar medidas de seguridad y revisar hombres y programas" .

Cuando la discusión interna pareció agotada, en enero del año siguiente se realizó el Congreso de Rancagua que declaró oficialmente la fundación del Partido Comunista.

Es importante subrayar que en esta trascendental discusión, los elementos reformistas trataron por todos los medios de frustrar la acción de los socialistas revolucionarios; propusieron aplazamientos en la adopción de resoluciones (lo que en gran parte se logró en el Congreso de Valparaíso), surgieron maniobras -como la proposición de fundar un partido único a base de la FOCH, del Partido Obrero Socialista y del Partido Demócrata-, destinadas a frenar el empuje revolucionario que prevalecía en el Partido Obrero Socialista.

Todos estos manejos fueron desbaratados; en estas circunstancias muchos reformistas ocultaron momentáneamente su actitud y resolvieron aceptar lo que decidia la mayoría del Partido Obrero Socialista en la esperanza de trabajar posteriormente -y en el interior del Partido Comunista- por sus planteamientos contrarrevolucionarios; ésta fue, por ejemplo, la postura adoptada por Manuel Hidalgo, quien ya tenia un largo historial como elemento perturbador del movimiento socialista y que durante cerca de diez años trabajó incansablemente por provocar el desquiciamiento y la desintegración del Partido.

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1. La Sección Antofagasta fue citada para sesionar el 25 de julio de 1926; en la circular y en las publicaciones respectivas, se indicó que en esa sesión "La sección someterá al estudio de las demás secciones del país, por intermedio del Comité Ejecutivo Nacional: adhesión a la Tercera internacional", ( "El Socialista" de Antofagasta. 23 de julio de 1920).

La misma sección debatió el tema en varias oportunidades; así por ejemplo, el 22 de octubre de 1920 tuvo una asamblea en la que el dirigente Ibsen Coe disertó sobre "El Partido Socialista ante la Tercera Internacional". La asamblea aprobó la idea de que el partido entrara a formar parte de la Internacional Comunista "en la primera ocasión que se presente" ( "El Socialista" de Antofagasta. 25 de octubre de 1920).

2. Al Congreso no fueron admitidos los representantes de la Sección de Santiago a causa de las incidencias internas que en ella tuvieron lugar, entre otras razones, por haberse descubierto que uno de sus dirigentes -Evaristo Ríos- era agente policial.

3. Las Veintiuna Condiciones constituían normas elaboradas por la Tercera Internacional con el objeto de producir una diferenciación absoluta del socialismo revolucionario o comunismo con respecto al reformismo. Sus cláusulas tendían a asegurar la unidad ideológica, de propósitos, de acción y de organización de todos los partidos comunistas en conformidad a los principios revolucionarios e internacionalistas del marxismo-leninismo.



2 DE ENERO DE 1982: 60 AÑOS DEL PARTIDO

Pablo Neruda:

"Recabarren, bajo tu mirada

juramos limpiar las heridas

mutilaciones de la patria.

Juramos que la libertad

levantará su flor desnuda

sobre la arena deshonrada.

Juramos continuar tu camino

hasta la victoria del pueblo".


Publicado en: Boletín del Exterior del Partido Comunista de Chile N° 50

noviembre - diciembre 1981

páginas 66 al 71

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