lunes, 9 de julio de 2012

LUIS EMILIO RECABARREN Y LA DEMOCRACIA








LUIS EMILIO RECABARREN Y LA DEMOCRACIA


Iván Ljubetic Vargas

En la Conferencia “Pobres y Ricos” dictada en Rengo, el 3 de septiembre de 1910,
con motivo del primer centenario del establecimiento de la Primera Junta Nacional de Gobierno,  Luis Emilio Recabarren sostuvo:

“Hay progresos evidentes en el siglo transcurrido, ello no  puede negarse. Pero esos progresos corresponden a la acción de toda la colectividad y en mayor proporción, si se quiere, a la clase proletaria que es el único agente de producción, de creación, de ejecución  de las ideas y de los pensamientos. Pero esos progresos ostensibles, son precisamente la causa de la miseria proletaria. El progreso está construido, pues, con cuotas de miseria... de todos los progresos de que el país se ha beneficiado, al proletariado no le ha correspondido sino contribuir a él, pero para que lo gocen sus adversarios”.

Luis Emilio Recabarren redactó el Primer Programa del Partido Comunista de Chile, que fue  publicado como folletín por “El Despertar de  los Trabajadores”, de Iquique, entre el 8 de octubre y el 21 de noviembre de 1912. En él se sostiene:

“Considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social que produce.

“El Partido Obrero Socialista expone que el fin de sus aspiraciones es la emancipación total de la Humanidad, aboliendo las diferencias de clases y convirtiendo a todos en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes, y la implantación de un régimen en que la producción sea un factor común y común sea también el goce de sus productos.  Esto es, la transformación de la propiedad individual en la propiedad colectiva o común...

“Realizaremos lucha política, para arrebatar a la burguesía el poder político dominante en el actual estado de cosas.”

En ese mismo documento, Recabarren plantea otros principios:
                             
“Los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, el que tiene en sus manos y con él dispone de las fuerzas                                                                               opresoras”
“La transformación de la propiedad privada en colectiva significa en ningún caso un despojo de los bienes necesarios para el individuo en beneficio de la comunidad”.

En el periódico “El Socialista”,  de Valparaíso, de fecha 4 de septiembre de 1915 apareció un artículo de Recabarren, quien bajo el título “Las mujeres deben luchar”, señalaba: “...Hoy la mujer debe convencerse que debe luchar tan efectivamente como el hombre para conquistar el bienestar... Tiene a la vista sobrados motivos que la empujan a compartir con el hombre, los sitios de combate en la obra mejoradora  de nuestro vivir en que los socialistas y las organizaciones obreras estamos empeñados”.

En el periódico “El Socialista”, de Antofagasta, con fecha 11 de agosto de 1920 se publicó un artículo de Recabarren con el título “Pongamos remedio al mal”, en el cuál planteó, por primera vez en la historia de Chile la nacionalización de las riquezas naturales del país. Escribió: “Nacionalicemos las industrias extractivas. Nacionalicemos las minas del carbón, las salitreras, los bosques, el cobre, la agricultura... Nacionalizar las industrias como están nacionalizados los ferrocarriles, correos, etc., y la administración en manos de los mismos obreros; éste es el único remedio al mal de la esclavitud y la miseria... Chile es de los chilenos, que sea de verdad y no para unos pocos privilegiados que vuelven déspotas y tiranos. No es justo que unas pocas familias gocen en la abundancia mientras cuatro millones sufren hambre y despotismo”.

En ese mismo periódico, escribió el 23 de febrero de 1921, un artículo con el título “¿A qué iré a la Cámara de Diputados?” lo siguiente: “La burguesía legisladora y gobernante, jamás, en ningún pueblo de la tierra ha producido la libertad y felicidad popular... Necesita el pueblo, para su felicidad, de la reconstrucción total de la organización del estado, y esa reconstrucción, no la puede hacer un parlamento de capitalistas. Es sólo el pueblo la única fuerza capaz de esa reconstrucción”

En su famoso discurso en la Cámara de Diputados, de fecha 15 de julio de 1921, conocido con el nombre de “Los albores de la Revolución Social en Chile”, Recabarren dijo: “La soberanía nacional está en la calle, en el pueblo, en torno al tabladillo: ¡allí están los representantes de la soberanía nacional!”
En otra parte expresó: “Yo deseo dejar establecido que nosotros creemos tener también el derecho a conquistar el poder político, a hacer lo mismo que vosotros hacéis... Y si vemos que el fraude y el dolo se ponen en práctica para atentar contra nuestra ascensión al poder político, ¿qué nos tocara hacer? ¿cruzarnos de brazos? Al contrario: ante estos delitos, ante estas iniquidades, nosotros habremos de luchar con firmeza hasta conquistar todos nuestros derechos, primero por medio de la legalidad; pero cuando veamos que se nos cierra el camino de la legalidad. Iremos si es preciso, y no lo dudéis, a la revolución”.

En el periódico “La Federación Obrera”, de Santiago, apareció el 10 de junio de 1922 un artículo de Recabarren titulado “El Sindicalismo y los políticos habilidosos”, donde planteaba: “Mañana domingo, se verifica en Santiago una elección para llenar las vacantes de un senador y un diputado por Santiago. Frente acto político cuál debe ser la conducta de nuestro diario?

-        ¡Callarse! según el criterio de algunos compañeros que creyendo saber atacar al capitalismo enemigo del obrero, no hacen otra cosa que conservarle su poder opresor cuando le dicen al pueblo que no se ocupe de política.

-        ¡No votar! Nos dicen otros...

¿Qué ganaríamos nosotros con abstenernos de votar en la elección del próximo domingo?
Que dejaríamos al enemigo siempre armado en contra de nosotros.
Desarmarnos nosotros –al no votar- y dejar armado al enemigo, ¿qué significa? Sencillamente obra de traición. Eso significa.”

En el periódico “Justicia”, de Santiago,  Recabarren escribió el 5 de octubre de 1924, bajo el título de “Antimilitaristas” lo siguiente: “Hemos sido, somos y seremos siempre antimilitaristas, porque estamos convencidos que el militarismo es una afrenta a toda civilización, es la carga más inútil y más pesada que soportan los pueblos, y es la amenaza permanente a todos los derechos. El militarismo será siempre la fuerza opresora  con que la clase capitalista explote al pueblo”.