sábado, 20 de octubre de 2012

Milonga de andar lejos




Alejandro Fischer





Milonga de andar lejos



Ando dando remedios pá los callos y tengo juanetes…

Hoy, miércoles 17 de octubre, temprano en la mañana, mi mujer saliendo al trabajo y yo, gustoso lavando los platos, que quedaron de anoche.

Un tipico cuadro hogareño, una pareja de adultos, que se están pegando los últimos asaltos, de toda una vida de trabajo… yo, ya voy en los descuentos, esperando en el anden; inquieto y atrevido. Aparentemente todo tranquilo, dentro de las circunstancias.

Pero no fue así, mi mujer que sale, yo termino de lavar la loza y en un silencio de cerros, se asoma mi enemigo de todos mis tiempos, no llego triste ni silencioso como un olor; como un recuerdo; como otras veces …Llego cobarde, gritando, golpeando todo lo que encontraba a su paso; me agarre al lavaplatos, con mi mano izquierda trate de apretarme “el cogote”, para que no entrara por ahí… Demasiado tarde; una angustia de tango, hambrienta, cruel, se apoderó de mis ojos, de mis cuencas, una nostalgia amarga se deslizó boca adentro…no alcance a cerrar la puerta de mi intelecto… y me puse a llorar a “moco tendido”.

Ahí estuve, aferrado al lavaplatos, entre arrodillado y poto parado.

Mi cuerpo tiritaba como”chupin de guata”, se vinieron en “patota” todos mis demonios. No podía respirar bien, en segundos mi sofoco hizo subir mi presión arterial, mis sienes palpitaban como bombo leguero, las hormigas ya no me perseguían, me sobrepasaban… y yo, “a moco tendido”.

Los que andan fuera y por supuesto los que se quedaron dentro, unos más, otros menos, otros nada; tienen, como les digo yo, sus demonios, demonios entreverados con experiencias y vivencias. El maldito golpe fascista, propiciado por las gloriosas y gallardas fuerzas armadas de mi país, no nos formo… Nos transformo de una manera complicada y diferente.

Los que quedaron en la cancha, son unos héroes, los que volvieron con coligues y conocimientos, son los guerreros de la libertad, siempre los van a ser.

Los que anduvieron y los que estamos fuera, tenemos más “historia” que Pedro Urdemales.

Estoy hablando de los Upelientos; los otros, también tienen sus historias y mis respetos, como cualquier otro caminante, que anda por caminos comprados o alquilados, pero al final, ajenos.

Mi amargura y también la alarma de mi reloj antiguo, desperto en llanto, porque al “pavo”, del Alejandro chico, que llevo incrustado en el alma, mientras yo lavaba los platos, sin decirme nada,  escuchaba como en nieblas a Viglietti…:

“Milonga de andar lejos”.

Voy a hablar al “libre albedrío”

Yo siento que la pega de nosotros, los “Upelientos”, es mantener las banderas siempre por allá arriba, en los vientos. Cada uno con sus banderas y su historia. Bienvenidos los momentos que se  levantaron juntas.

No hemos podido vivir en carne propia los procesos de nuestro amado país y de su gente, pero si, hemos contribuido y harto, al desarrollo de ellos.

Ese aporte, también ha tenido su proceso, su desarrollo, sus demonios, sus vivencias.

No puedo no dejar de mencionar una cosa hermosa. No fue, ni es solamente, la solidaridad sueca, que ha estado junto a nosotros, en esta pega logistica, cosa que se les agradece…Son otros hermanos tambien, que robustecen nuestra fuerza, nuestra esperanza…Mis hermanos Peruanos, Bolivianos, Salvadoreños, Ecuatorianos, mi siempre Nicaragua, Venezuela…Yo llevo en mis caminos y en mi sangre, a Perú y a Bolivia. Gracias Camaradas.

Esas vivencias, no han sido siempre de “banderas en alto”, muchas veces las banderas se han perdido; ¿donde quedaron?, no se, quizás adornan el alma de algún arrepentido, y la tiene para “mover la cabeza”, por cada vez que pasa por el pasillo, puerta, garage…anda a saber tú, por donde pasa…Puede ser también, que algunas banderas se “fondiaron” por despecho y otras las raptaron para cambiarle el color y las herramientas…Hay otros, tal vez, que aún enarbolan banderas en ristre, sin darse cuenta, que esa clase de guerra, ya se perdió.

Si se sigue con esa actitud, algunas  banderas seguirán escondidas, seguirán siendo raptadas y el Imperio, muerto de la risa.

Yo extraño esas banderas.

Hablaba de la historia del exilio, que no es otra cosas que los miedos, las ignorancias, la impotencia desnuda y cruel, la locura, la desfachatez, el dolor, la espera, el amor, el engaño, la incertidumbre, la inquietud, la vida, lo maravilloso del amor, lo penca del amor, la muerte, el no cachar el idioma y tener que escuchar y entender bien, que tragedia Dios mio, el tiempo que se te arranca y los dientes tambien, las distancias, siempre el tiempo, mi país, tu país.

Se supone que yo tengo que hablar sobre la lucha de mi pueblo, de mi casa de amaranto, de los pueblos del mundo, del circo mortal que hace el negro en Siria, de la expulsión de los gringos de Rusia, por inmiscuirse en su vida organica , lo mismo que hizo nuestro indígena heroico, Evo Morales, con los expertos gringos de la droga y sus derivados.

Tengo que hablar del voto, como arma politica, poderosa. Esa transformación de esa papeleta de derecho ciudadano, antes, una actitud de “levantada de hombros”, hoy, toma un valor de maduración politica, maduración, producto de movilizaciones sociales, de la reconstrucción de los estamentos sindicales, de la interpretación de las verdaderas necesidades de nuestro pueblo.

Los que le pegan a la cibernetica, vayan al portal : www.votoizquierda.cl

Tengo que hablar, para expropiarle todos los espacios al Imperio.

Por eso, la juventud de mi país, los estudiantes, tendrán un monumento inmenso, que personifique la herramienta que fabricaron para enfrentarse al neoliberalismo.

Los estudiantes de mi país, son la verdadera gallardía, la honestidad, el derecho al saber, el pan y el futuro de Chile.

Esa es mi pega Upelienta, aparte de tener y ser parte, de la acción de mi amada Célula.

Pero ahora “ando en otras”…quiero contar algunas cosas del exilio. Ellas son ciertas, yo las escuche, no vengo a inventar alegrías para que se rían, al contrario, quiero invitarlos a llorar y a tener esperanzas.
Muchos años atrás, solamente algunos, despues del golpe fascista, pude conocer a un “compañero”, tan joven como yo; venía del sur. Acostumbraba a usar pantalones “pata elefante”, pues las patadas de karate, según él, sonaban más fuerte, como en las películas. Él era “cinturón negro”. 

Venia saliendo de prisión, en muy mal estado, se acompañaba de un niño pequeño y su mujer, una indígena nuestra, que tenía que tratarlo de señor y mirarlo a los ojos.

Él contaba que: en su ultimo enfrentamiento con el fascismo, los “pacos”, lo tenían junto a otros prisioneros, en fila, para subirlos a un bus, al momento de llegar su turno, tomo vuelo y pego un brinco, que lo dejo al otro lado del vehículo, cayendo encima de otro “paco” con metralleta; le dio un “golpe de conejo”, le arrebata el arma y los cargadores…

Se desata el infierno. El no recuerda a cuantos pacos mato, si se acuerda, que la metralleta estaba muy caliente y se atascó; saco las balas de ella y de los cargadores, mientras corría como loco, se las tiraba con la mano.

Ayer, 17 de octubre, veía una foto, de unos valientes mercenarios del Ejército de liberación Sirio, con una “honda inmensa”, tirándole piedras a las tropas leales al gobierno. La nota decía que las armas son muy caras y la libertad hay que conquistarla como sea…

Yo no sé que hacen con los millones de dolares, que les da el Imperio para eliminar al gobierno sirio. Los de la foto, tienen que ser muy “rascas” como mercenarios, no les toco ni una matagato del 22. La foto y comentario es parecida a mi boxeador chino.

Enfrentamientos como estos, escuche varios; pacos mas, pacos menos…

¿Yo no se dé adonde sacaba el ladrón, tantos soldados y  pacos ?

¡Si le matamos tantos !.

En Buenos Aires, escuche a uno, que al preguntarle un funcionario consular, si creía él, que Estados Unidos, estaba comprometido  con el golpe fascista del ladrón Augusto. Este respondió: ¡Cachudo estoy!

He andado hartos caminos; nunca he usado “chapa”, parezco lo que se ve.

Ahora parezco “guatón”, porque estoy guatón.

Si los viejos coloraos, los que llevan la batuta, no me llaman, yo los llamo. Nadie podrá nunca esconder a los “rabanitos”, aunque por dentro seamos blancos.

Digo estas cosas, porque algunos “upelientos”, no pasaron jamás por apremios, sin embargo, su vida se transformó en una mentira.

El Bruce Lee de Temuco, estaba enfermo, pero más enfermo estaban los que escuchaban y calculaban las probabilidades del cuento; digo yo, ya que andaban por los pasillos, saltando y dando patadas al aire.

Nunca en mi vida he visto, tantos revolucionarios como en esos tiempos.

Fueron tiempos de mentiras.

Conozco a un mentiroso, “bien situado y bien forrado”.

Seguramente me encontro medio pajarón y quizo impresionarme para cubrir su soledad.

Yo andaba con el mentiroso, cuando me encontre con un hermano camarada, que muchos, muchos años no nos veíamos. Abrazos y lagrimas, recuerdos…

Al despedirnos y prometernos vernos de nuevo, nos despedimos como antaño, cuando no se sabía, que seria de nuestras vidas.

“Nos vemos en Mexico”

Al otro día, al llegar a la oficina del “forrado mentiroso”, sin “agua va” me dice: Yo también estuve en Mexico.

Un avión particular, enviado por Luis Echeverría Alvarez, presidente de Mexico, me saco en forma relámpago y clandestina de Chile.

Dios mío, dije yo para mis adentros, más colgado que el “roto Quezada”.

¿Sí?, atine a decir. Claro, me dijo. Alli estuve un tiempo, luego me enviaron a Berlin, Alemania a estudiar economía en la Universidad.

El retorno iba a ser complicado y tenía que prepararme para ser parte de un equipo especial, cuya misión era, la restauración de la  economia del país.

 “Chemimadre”, yo no sabía que decir, lo mire un rato serio, con cara de guatón estúpido, a lo mejor está bromeando, me dije…No estaba bromeando.

Decía su verdad, su delirio.

Teníamos conocidos en común. Yo sabia de su Odisea del arrancar. No solo de Chile, de otros lados tambien. Este habitante era, es, un forrado, enfermo de mentiroso, infinitamente solo.

Sin ninguna dificultad podría escribir tomos de las aventuras nuestras por aquí afuera.

Pero la idea no es esa, yo quería solamente sentir, que la vida en tierras ajenas es como un caleidoscopio, uno va decantando la vida.

Que se han hecho cosas hermosas, gigantes, si, pero también yo tengo derecho a sentirme lejos y a llorar a “moco tendido”.

Hay cosas tiernas tambien.

Aprendiendo sueco, había que explicar más o menos quienes éramos, de adonde veníamos, como vivíamos. Un viejo mío, super “a la pinta”, conto que su familia vivía en una “halva vatten”…

En un mercado, una dependiente no dejaba de seguir con la mirada a una señora, luego comenzo a seguirla por los pasillos. La mujer indignada y molesta “la levanto” a improperios, una amiga le preguntó que le pasaba, ella dijo que le había dicho a la dependiente, “vieja sapa”…y como se  lo dijiste en sueco…:

¡ Que te pasa jävla groda !

Gracias por permitirme arrear mis demonios al corral.

Que estén bien.
Alejandro Fischer Alquinta.
2012-10-20