A través de muchos países, la empanada se alzó como un
símbolo de la solidaridad de la lucha contra los fascistas en Chile.
El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos
entrega un ejemplo de ello.
Carlota Espina
Editora
LA EMPANADA,
SÍMBOLO ANTIFASCISTA
Iván Ljubetic Vargas
Uno de los aspectos del apoyo a la lucha de nuestro pueblo de la
célula Alberto Molina, constituía por ocho militantes comunistas que vivíamos
en Marburg y Giessen, fue el aporte
económico, cumpliendo y superando la cuota de la Campaña de Finanzas entregada
por el Coordinador o Dirección del Partido Comunista de Chile en la República
Federal Alemana. En ello, las empanadas, símbolo internacional de la lucha
contra la dictadura de Pinochet, jugaron un rol fundamental.
PEDRO CABEZAS
El compañero Pedro Cabezas compró un vehículo, donde además de poder
llevar cinco compañeros, tenía un espacio en la parte trasera, para la cual el
mismo fabricó un mueble en que se podían colocar cinco enormes bandejas llenas
de empanadas.
Los militantes de la célula y algunas solidarias compañeras alemanas,
nos especializamos en la fabricación de las empanadas. Unos preparaban la masa,
otros la extendían, rayaban el queso o hacían el pino, colocaban el relleno y
las cerraban.
Un camarada alemán nos regaló un inmenso congelador que instalamos en el
subterráneo de mi edificio. Allí guardábamos, en cajas de cartón, en las que
llegaban verduras desde Holanda, en que cabían muchas empanadas colocadas de
lado verticalmente. Eran cientos y cientos de empanadas de queso confeccionadas
con anticipación a las actividades y que congelábamos. Las de pino las hacíamos
el mismo día de la venta, dejando hecho el relleno en la víspera.
ÍBAMOS A TODAS PARTES
En los días de las
actividades, las compañeras seguían haciendo empanadas de pino y los
compañeros, nos íbamos a instalar a un stand, donde freíamos y vendíamos las
empanadas. Era emocionante ver las largas filas de alemanes esperando pacientemente,
a veces bajo una fuerte lluvia, las apetecidas empanadas antifascistas.
Concurríamos a toda actividad de masas en que fuéramos invitados: a las
Carpas del Partido Comunista alemán, que cada año se realizaban en Marburg y que duraban cinco días; a las fiestas de la
prensa comunista realizadas a nivel de toda la RFA; a las actividades por la Paz; a diversos
actos realizados en distintas ciudades del país. Cuando las acciones eran muy
distantes de Marburg, el centro de operaciones, dormíamos en el vehículo de
Pedro. Eran miles de empanadas que vendíamos cada año. Fueron miles de marcos
alemanes reunidos en apoyo de la resistencia antifascista en Chile.
UN GRAN APORTE
Trabajábamos con alegría y enorme responsabilidad. Sólo un ejemplo: el
último Año Nuevo en el exilio, lo pasamos haciendo y vendiendo empanadas.
El aporte de los comunistas exiliados en diversos países del mundo fue
enorme. A partir de 1980 se realizaron campañas anuales de Finanzas cuyo
total era enviado a Chile. Veamos
algunas cifras.
En 1980 se reunieron 131.536 dólares;
en 1981, 196.000 dólares:
en 1982, 237.474 dólares;
en 1983, 252.353 dólares;
en 1984, 293.873 dólares;
en 1985, 356.891 dólares.
Esta parte del exilio “dorado” es muy poco conocida o ignorada, incluso
en las filas del Partido Comunista de Chile y que, en nuestra opinión jamás ha
sido valorada como corresponde.
También en el destierro, los comunistas chilenos entregamos nuestros
cotidianos esfuerzos por derrotar la oprobiosa dictadura de Pinochet.