lunes, 3 de diciembre de 2012

A LA CABEZA DEL PC DE CHILE EN ALEMANIA FEDERAL









El Círculo Virtual de Estudios Político-Históricos entrega el relato de un exiliado a quien le correspondió quedar al frente de los comunistas desterrados en Alemania Federal.

Carlota Espina
Editora


A LA CABEZA DEL PC DE CHILE  EN  ALEMANIA FEDERAL
                                       
                                           
Iván Ljubetic Vargas

En diciembre de 1983, por acuerdo de la Dirección del Partido  Comunista de Chile, que funcionaba en Moscú, pasé a ocupar el cargo de responsable del Coordinador del Partido Comunista en la RFA. El  dirigente Sergio Ovalle viajó desde la capital de la Unión Soviética para comunicar la resolución adoptada y entregar los razones que se tuvieron  en cuenta para esta designación.

TUVE QUE COMPRAR UNA CORBATA

Nuevamente me correspondió representar a la Dirección Central, en el VII Congreso del Partido Comunista Alemán realizado los días 6, 7 y 8 de enero de 1984 en la ciudad de Nürnberg.

Yo sabía que los camaradas alemanes eran muy formales, demasiados quizás. Y eso lo comprobé personalmente en esa oportunidad. Resulta que  de todos los participante en ese importante evento sólo dos, el representante del Partido Comunista de Bélgica y yo, no llevábamos corbata. En forma muy diplomática, los compañeros alemanes nos hicieron ver que debíamos usarla. Y como ninguno de los dos teníamos, nos acompañaron a una tienda para adquirirla.

Fuera de esta anécdota, ese Congreso fue muy importante y la solidaridad internacional, en especial con Nicaragua, El Salvador y Chile, estuvo en el centro de ese evento. A mí correspondió hablar  en un gran mitin, junto a delegados de otros países.

EL COMPAÑERO MARIO

Si hasta noviembre de 1983 debía viajar una vez a la semana a Frankfurt, donde funcionaba la sede del Coordinador comunista en la RFA. A partir de diciembre debí hacerlo todos los días. Con el fin de ahorrar dinero al Partido, terminé con la costumbre que hubo de ir almorzar a algún restauran, con fondos partidarios, cosa que nunca hice, pues siempre llevaba mi cocaví. Ahora los miembros del Coordinador, que no  vivían en la ciudad sede, debieron traer sus  sándwiches y bebidas.

También traté de ahorrar dinero con los pasajes de los muchos viajes en tren. Y en esto,   Mario Neculmán, un compañero mapuche, a quien había ganado para que militara en el Partido, y  era miembro de la célula Alberto Molina, jugó un importante rol. Siendo no vidente, tenía un pase especial para viajar en tren gratis él y un acompañante en cierto radio alrededor de Marburg, donde vivía.  Por ejemplo ese pase servía para ir a Giessen, donde se reunía la célula, y a Frankfurt, sede del Coordinador. Fue así como, con el buen camarada  Mario viajamos juntos en muchas ocasiones. Mario iba contento de ser útil al Partido y siempre haciendo la misma broma: sacaba una tarjeta de un restaurante de un compañero griego donde él cantaba –porque le pega al canto y a la guitarra- y se la pasaba al inspector del tren. Cuando éste le decía –naturalmente en alemán- esto no sirve, Mario le respondía, disculpe y le pasaba el pase. No sé cuantas veces le hizo la talla al mismo inspector. Y yo, muerto de vergüenza.

TODOS LOS FINES DE SEMANA

A poco de que asumí el cargo de responsable del Coordinador del PC de Chile en la RFA, el compañero Camilo Guzmán fue designado Encargado de Organización de ese organismo. Y formamos los dos un verdadero dúo dinámico. Como él tenía vehículo, comenzamos a visitar todas las células comunistas repartidas por el territorio de Alemania Federal. Cada fin de semana salíamos a reunirnos con alguna de ellas.

Íbamos  un sábado al norte donde estaban los compañeros de Bremen. En otra ocasión a Hamburgo. También a Hannover. Casi siempre debíamos alojar en casa de un compañero, pues se nos hacía tarde para regresar el sábado. Otras de las células a visitar eran las Dortmund, Bochum, Essen, Münster, Düsseldorf, Köln (Colonia), Bonn, Siegen. Hacia el sur teníamos, Mannheim, Saarbrücken, Stuttgart, München (Munich).

Más fácil nos resultaba visitar células más cercanas como la Alberto Molina (Marburg-Giessen) y  las de Frankfurt, Wiesbaden y Darmstad.
Nos entreteníamos mucho en esos viajes. A veces, en medio de un acalorada discusión, el conductor y su copiloto, nos olvidábamos hacia dónde íbamos y tomábamos una carretera equivocada. Y era un lío salirse de ella y tomar la que nos llevaba hacia la ciudad donde nos esperaban.

Teníamos suerte. En ocasiones, cuando visitábamos por primera vez una urbe, no teníamos claro como llegar al punto indicado, dábamos vueltas y de pronto, ante nosotros estaba la dirección que buscábamos. Camilo entonces repetía su famosa frase: “Dios ayuda a los buenos”.

Esos viajes de cada fin de semana fueron una de las tantas razones de por qué logramos tener un excelente Partido  en la RFA. Cosa, que los compañeros que han vivido en el exilio, saben que no es nada de sencilla. Y que yo sepa, jamás se ha reconocido por los órganos dirigentes del Partido.

MARBURG  SUMA Y SIGUE

Las acciones solidarias en esa ciudad continuaban. El lunes 26 de marzo de 1984, el Chile Komitee de Marburg confeccionó y distribuyó volantes en apoyo a la Octava Jornada de Protesta del 27 de marzo en Chile.

Al día siguiente, en la MENSA (gran comedor para los estudiantes de la Universidad) se repartieron cientos de volantes, se montó una exposición sobre las actividades solidarias en la ciudad y se vendió Don Reca. Otro tanto se hizo el miércoles 28.

Los días 25, 26 y 27 de mayo nos trasladamos a la ciudad de Dortmund, donde se celebró una nueva gran fiesta de la prensa comunista, del UZ, donde vendimos mil empanadas y mil ejemplares de Don Reca, por parte de la célula Alberto Molina y nuestras amigas alemanas.

El 3 de julio, en el Audimax de la Universidad, realizamos un exitoso acto en homenaje al 80 aniversario del nacimiento de Pablo Neruda. Habló Erni Hildebrandt, presidenta del Chile Komitee. Se exhibió el film “Pablo Neruda”. El chileno Eulogio Suárez dictó una conferencia sobre la vida y la obra de Neruda. El coro de los sindicatos de Marburg deleitó con un bello concierto con canciones de Bertolt Brecht, el Himno de los Sindicatos y el Pueblo Unido.

Del 20 al 24 de junio se desarrolló una nueva Carpa del PC alemán de Marburg. Fue otro acontecimiento al que concurrieron miles de personas. Como siempre,  estuvo dedicado a la solidaridad internacional. Esta vez como invitada especial actuó Mercedes Sosa. Hubo un Stand del Chile Komitee; otro de la célula Alberto Molina. Vendimos 3.800 empanadas y 300 ejemplares de Don Reca.

La Jornada de Septiembre por Chile de 1984 tuvo el siguiente programa:

Sábado 1º de septiembre: Participación en el acto del Día contra la Guerra.
Lunes 3: Exhibición de la película “No invoco tu nombre en vano”
Martes 4: Conferencia sobre Pablo Neruda.
Viernes 7: Film “Ardiente Paciencia”, de Skármeta.
Martes 11: Bajo una fuerte lluvia desfilamos 350 personas, solidarizando con las luchas de los pueblos de Chile y Turquía. Banderas de ambos países. Un mitin bajo la lluvia, donde hablamos: Kate Dinnebier, por la DGB; Peter Gingold, conocido luchador antifascista; el presidente del Comité de Solidaridad con Turquía; Erni Hildebrandt, por el Chile Komitee y yo.
Finalizó la jornada el viernes 14 con  la tradicional Fiesta Chilena.

El jueves 25 de octubre, ante más de 300 personas, se presentó en el salón Audimax de la Universidad de Marburg, el artista chileno Osvaldo Torres, acompañados por dos excelentes guitarristas. Este concierto fue organizado por el Chile Komitee.

El sábado 3 de noviembre de 1984 viajamos a la ciudad de Bonn, para participar en un gran acto en solidaridad con Nicaragua, al que concurrimos más de 30 mil personas. Hubo banderas chilenas. Se vendieron 300 Don Reca.