viernes, 28 de junio de 2013

UN CONSECUENTE INTERNACIONALISTA





                                            FOTO DE ARCHIVO: OSCAR DANTE CONEJEROS ETCHEVERRY

 

El Círculo Virtual de Estudios Histórico-Políticos rinde homenaje a Salvador Allende Gossens, en el 105 aniversario de su nacimiento, quien también fue un consecuente internacionalista.

Carlota Espina 

Editora

 

En el 105 natalicio de Salvador Allende:    

 

  UN CONSECUENTE INTERNACIONALISTA


                              

Iván Ljubetic Vargas, historiador del              

Centro de Extensión e Investigación 

Luis Emilio Recabarren,  CEILER




                                                    “Salvador Allende fue un consecuente luchador
                                                       antiimperialista e internacionalista. En esta
                                                       posición se mantuvo durante su Gobierno  y
                                                       hasta el fin de sus días”
                                                       (Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador Allende”)


Para Salvador Allende,  patriota  e internacionalista,  no hubo causa progresista en el mundo, especialmente revolucionaria, con la cual no haya solidarizado.
En 1954, cuando tenía 46 años y  era Senador representando a las provincias de Tarapacá y Antofagasta, visitó la Unión Soviética y China Popular.
Eran los tiempos  de la guerra fría, en que el imperialismo  tendía una cortina de hielo a los países socialistas.
El líder chileno con ese paso desafió al Imperio.

SOLIDARIDAD CON LA REVOLUCIÓN CUBANA
El 1º de enero de 1959 el mundo, y sobre todo América Latina,  se  estremecieron con  el triunfo de la Revolución cubana.  Allende, a la fecha Vicepresidente del Senado, viajó de inmediato a entregar su apoyo a los revolucionarios de la Isla.
Llegó a La Habana el 20 de enero. Y le ocurrió un hecho poco conocido. Apenas se había instalado en el hotel, cuando le llamó la atención el bullicio que  venía de afuera. Se asomó. Vio un sorprende espectáculo: al son de una briosa música desfilaban doscientos policías estadounidenses, encabezados por el Alcalde de Miami. Indignado, al creer que ello evidenciaba la influencia de Estados Unidos sobre los líderes cubanos, decidió tomar el avión y regresar a Chile.
Por casualidad se encontró con su viejo amigo, Carlos Rafael Rodríguez, dirigente comunista, que había combatido al mando de Fidel en Sierra Maestra.
- Salvador, ¿qué estás haciendo tú acá?
-Vine a ver esta revolución. Pero no hay tal revolución y me voy.  ¿Qué revolución va a ser ésta cuando la festejan los policías yanquis?
-  Cometes  un error, Salvador. En esto no tienen que ver nada los líderes  de la Revolución. Conversa con ellos.
Esa misma tarde recibió una invitación del Che. Acudió a conversar con él. Lo puso en contacto con Raúl Castro. Luego se entrevistó con Fidel.  Quedó todo claro. En ese momento nació una hermosa amistad entre ellos.
Veintitrés años después, el  13 de diciembre de 1972, el comandante Fidel Castro, en un mitin de solidaridad con el pueblo de Chile y con el Presidente Allende, efectuado en la Plaza de la Revolución ‘José Martí’ de La Habana,  dijo:
“Este acto tiene para nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una de las personalidades que primero que llegó a Cuba fue Salvador Allende, que  ya ocupaba un lugar destacado en la política de su país...
Por eso hemos recibido en estos días –y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario acto- al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro país y que uno de sus primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el establecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo...”
En esa ocasión, Salvador Allende señaló en parte de su discurso:
“Levanto mi voz con profunda emoción en esta Plaza donde tradicionalmente se reúne el pueblo para escuchar la palabra de Fidel y de los dirigentes de la Revolución, frente a la estatua de Martí, que cobra vida y presencia con el calor del pueblo.
Lo hago con el sentimiento agradecido, porque hace unos pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba ha honrado a Chile en mi persona, al otorgarme la más alta distinción que pudiera recibir en mi vida de revolucionario: la Medalla de José Martí. Ella pertenece al pueblo chileno, que siempre estuvo y estará junto al pueblo de Cuba y a su proceso revolucionario...”

TAMBIÉN   DESPUÉS DE  PLAYA  GIRON
Apenas conocida la noticia del ataque de los mercenarios a Cuba, Allende voló inmediatamente a la Isla. No quiso estar ausente en  momentos en que el pueblo cubano había asestado la primera gran derrota al imperialismo estadounidense en América.
Como se sabe,  el 17 de abril de 1961, 1.400 contrarrevolucionarios preparados, financiados y dirigidos por el Imperio, habían desembarcado en Playa Girón, ubicada en Bahía Cochinos, provincia de Matanzas. Llegaron con fuerte apoyo de mar y aire, pero fueron derrotados en 68 horas. Fracasó el Plan Pluto elaborado por la CIA: crear una cabeza de playa, hacia donde se trasladaría un gobierno gusano, que sería reconocido por Washington, y que solicitaría la intervención militar de Estados Unidos. La aventura les costó a los invasores 200 muertos y  1197  prisioneros, además de muchos dólares al Imperio.

AMIGO DEL CHE GUEVARA
En ese discurso pronunciado el 13 de diciembre de 1972, Allende relató:
 “Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui amigo del Comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su libro Guerra de Guerrillas, que dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad ‘A Salvador Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente. Che’.”
El líder chileno había conocido al Che en su primer viaje a la Isla después del triunfo de la Revolución en 1959.
Estuvo con él en la Quinta Sesión Plenaria del Consejo Interamericano Económico y Social de la Organización de Estados Americanos, OEA, que se prolongó del  5 al 17 de 1961. Allende había viajado a Uruguay para expresar públicamente la solidaridad del pueblo chileno con Cuba revolucionaria y, junto con el Che,   denunciar el verdadero carácter de la Alianza para el Progreso del gobierno de John Kennedy: un nuevo caballo de Troya mediante el cual el Imperio pretendía frenar el proceso revolucionario  en América Latina.

SOLIDARIDAD LATINOAMERICANA
En julio de 1967, Allende viajó a La Habana, encabezando una delegación compuesta por representantes socialistas, comunistas y de otros partidos de izquierda, para participar en la Conferencia Tricontinental de Solidaridad,  que condenó las acciones agresivas del Imperio. En esa conferencia, Allende presentó la propuesta de crear la Organización Latinoamericana de Solidaridad, OLAS. La iniciativa fue aprobada y en agosto de ese año nació en La Habana este organismo.

APOYO A LOS GUERRILLEROS DEL CHE
El 8 de octubre de 1967 en el combate de la Quebrada del Yuro,  Ernesto Che Guevara fue herido y tomado prisionero. Al día siguiente, asesinado en La Higuera.
La muerte del comandante estremeció a los sectores progresistas. Allende le  tributó un combativo homenaje en el Senado chileno.
Soldados bolivianos, asesorados por agentes estadounidenses, iniciaron una implacable cacería contra los guerrilleros que habían sobrevivido. Estos logran eludir hábilmente la persecución en el difícil territorio boliviano. Los primeros en ofrecer ayuda concreta fueron Allende y los comunistas chilenos.
El 17 de febrero de 1968 cinco guerrilleros, tres cubanos y dos bolivianos, lograron ingresar a Chile. Fueron detenidos por carabineros y enviados a la cárcel de Iquique. Salvador Allende, entonces Presidente del Senado, se dirigió a ese puerto nortino.
El 22 de febrero los guerrilleros pidieron asilo político.
Allende junto con otros dirigentes de izquierda, se entrevistaron con Edmundo Pérez Zujovic, ministro del Interior de Eduardo Frei Montalva. Finalmente el Gobierno decidió expulsarlos del país, facilitando así el viaje a Cuba. Pero surgieron dificultades: ningún país de América del Sur ni de Europa Occidental les concedió visas de tránsito. El vuelo debió hacerse vía Tahití y Nueva Zelandia. Allende  acompañó  a los guerrilleros del Che.
Dijo, por entonces: Esto es lo menos que puedo hacer en memoria de Guevara.

SOLIDARIZANDO CON VIETNAM
La gesta vietnamita la sintió como suya. Tuvo especial aprecio y admiración por Ho- Chi-Minh.
En 1968 estuvo en Vietnam durante más de un mes. Poco después, concurrió a la Conferencia de Solidaridad con Vietnam realizada en Canadá.
Cuatro años más tarde, el 4 de mayo de 1972, siendo Presidente de la República, Salvador Allende les  habló a los estudiantes de la Universidad de Concepción de su encuentro con Ho-Chi-Minh: “¡Nunca  me olvidaré de su figura, nunca dejaré de recordar la transparencia de su mirada y la bondad de sus palabras! Al saludarnos (yo iba con el compañero Eduardo Paredes), nos dijo: ¡Gracias por venir de tan lejos con tanto sacrificio, a traernos el apoyo moral de su pueblo!”.
El Presidente Allende se extendió, explicando a los estudiantes sobre la vida y la lucha del pueblo vietnamita.
El 4 de octubre de 1972 se efectuó en Santiago un  solemne acto en que una delegación del Movimiento Mundial de Partidarios  por la Paz, encabezada por su secretario general Romesh Chandra, le entregó a Salvador Allende  la Medalla “Juliot Curie”, que le había otorgado ese organismo por su contribución a la paz mundial y a la solidaridad con los pueblos.
En su discurso de saludo, el Presidente de Chile señaló: “Como mejor homenaje y como agradecimiento personal, por la alta distinción que al pueblo de Chile se le ha conferido en mi persona, a todos aquellos que han luchado y luchan por la paz, rindo homenaje al pueblo de Vietnam. Pienso que  interpreto el sentimiento de ustedes cuando rindo este homenaje... Mi admiración pues, mi respeto y cariño al pueblo vietnamita, que al luchar por su independencia y dignidad, lucha también por la independencia y dignidad de todos los pueblos del mundo... Al hablar de Vietnam –porque estuve allí y conviví con su pueblo –sé mejor que muchos-  de su sacrificio heroico y sencillo de todos los días. Tuve además el honor de ser uno de los políticos  latinoamericanos que pudiera hablar Ho-Chi-Minh, el sencillo estadista, el soldado, el guerrero, el poeta, el luchador incansable por la independencia de su patria. Fue toda su vida un ejemplo”.

EXITOSA  POLÍTICA  INTERNACIONAL
Una de las primeras medidas adoptadas por el compañero Presidente  fue ampliar las relaciones diplomáticas a todos los países del mundo. El Gobierno Popular tuvo  una activa participación en el Pacto Andino y un exitoso manejo de las relaciones internacionales. Allende  visitó a países como Argentina, Ecuador,  Perú, Colombia, México, Cuba,  Unión Soviética, Argelia.
El 4 de diciembre de 1972 pronunció  un histórico discurso en  las Naciones Unidas, donde los delegados a la Asamblea General ovacionaron de pie al Presidente de Chile.
En parte de su alocución señaló: “Por eso resulta tanto más doloroso tener que venir a esta tribuna a denunciar que mi país es víctima de una grave agresión. Habíamos previsto dificultades y resistencia externas para llevar a cabo nuestro proceso de cambios, sobre todo frente a la nacionalización de nuestros recursos naturales. El imperialismo y su crueldad tienen un largo y ominoso historial en América Latina, y está muy cerca la dramática y heroica experiencia de Cuba. También está la del Perú, que ha debido sufrir las consecuencias de su decisión de disponer soberanamente de su petróleo... somos víctima de una nueva manifestación del imperialismo. Más sutil, más artera, y terriblemente eficaz, para impedir el ejercicio de nuestros derechos de Estado soberano.”
Agregó: “Una vez más, la actuación solidaria internacional de los trabajadores deberá enfrentar a un adversario común: el Imperialismo”.
Denunció “el asedio y la persecución contra Cuba; la explotación colonial; la ignominia del racismo y del apartheid”.
Dijo: “No hay paz para Indochina, pero tendrá que haberla. Llegará la paz para Vietnam”.
Finalizó: “Es nuestra confianza en nosotros lo que incrementa nuestra fe en los grandes valores de la humanidad, en la certeza de que esos valores tendrán que prevalecer. ¡No podrán ser destruidos!”


DEL PROGRAMA BÁSICO DE GOBIERNO DE LA UNIDAD POPULAR
(Aprobado el 17 de diciembre de 1969 por los partidos Comunista, Socialista, Radical, Socialdemócrata, el MAPU y la Acción Popular Independiente)


“SOLIDARIDAD INTERNACIONAL.
La lucha que libran los pueblos por su liberación y por la construcción del socialismo recibirá la solidaridad efectiva y militante del Gobierno Popular.
Toda forma de colonialismo o neocolonialismo será condenada y se reconocerá el derecho a la rebelión de los pueblos sometidos a estos sistemas. Así mismo toda forma de agresión económica, política y/o militar provocada por las potencias imperialistas.
La política internacional chilena debe mantener una posición de condena a la agresión norteamericana en Vietnam y de reconocimiento y solidaridad activa a la lucha heroica del pueblo vietnamita. Del mismo modo se solidarizará en forma efectiva con la Revolución Cubana, avanzada de la revolución y de la construcción del socialismo en el continente latinoamericano.
La lucha antiimperialista de los pueblos del Medio Oriente contará con la solidaridad del Gobierno Popular, el que apoyará la búsqueda de una solución pacífica sobre la base del interés de los pueblos árabe y judío.
Se condenará a todos los regímenes reaccionarios que promueven y practiquen la segregación social y el antisemitismo”.
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