martes, 13 de septiembre de 2016

LUCHAR HASTA EL ÚLTIMO DÍA DE MI VIDA


Queridos compañeros:

Pasado mañana, miércoles 14 de septiembre de 2016 es la gran cita. Nos juntaremos en el ICHIL a las 19 horas para recordar y rendir homenaje al recordado y querido dirigente Luis Corvalán Lépez.

Adjuntamos parte de una entrevista que realizó  Ana María Pino a Don Lucho.

Un abrazo,


Iván Ljubetic Vargas




El 10 de septiembre del 2008, Ana María Pino Yáñez realizó, en su hogar de Ñuñoa.  la última y muy interesante entrevista a Don Lucho. De ella, tomamos algunos de sus partes. Le hemos colocado como título la respuesta a su última pregunta.

-¿Cómo y cuándo conoce a su compañera de vida Lily Castillo

 --Ella dice que me conoció en Iquique cuando tenía ocho años y yo trabajaba de profesor en la Escuela Nº 1, la Escuela Santa María, donde el 21 de diciembre de 1907 se produjo la masacre cuyo centenario se conmemoró en la misma fecha del año 2007. De lo que yo me acuerdo es haberla visto por primera vez en un baile que tuvo lugar un día sábado en la noche en la sede de la Primera Comuna del Partido Comunista, sede situada en la esquina de Merced con Estado, allí estaba Lily acompañada de sus padres y la saque a bailar. Años después, fue mi secretaria cuando me desempeñaba como Director del Diario El Siglo. 

Permítanme que yo cite lo que al respecto digo en mis memorias: 
 “Mucho se ha hablado y escrito del uso y del abuso que hacen los ejecutivos con sus secretarias. En mi caso la situación se dio al revés. Lily se  propuso conquistarme. Empezó cerrando por fuera, con llave, la puerta de mi oficina, para que nadie entrara a interrumpirme, y  terminó cerrándola por dentro, haciéndome más de una grata interrupción. Cuento esto en honor a la verdad y especialmente a Lily, pues no sé por qué diablos siempre he infundido un temor reverencial y ella lo venció. 

 Yo había sido contrario al matrimonio. Estaba en un error. Ahora comprendo que una de las delicias de la vida lo constituye el hogar, primero el de nuestros padres, después el propio. Pero ese error me salvó,  afortunadamente, por lo menos de un matrimonio fracasado. Además de buena moza y simpática, encontré que su afiliación a la causa comunista le salía de adentro. Iquiqueña, hija de un cargador del Puerto y de una cocinera, se había criado viendo flamear desde muy chica la bandera del Partido. Treinta años junto a mí en las duras y en las maduras prueban que hice bien en dejarme querer por ella y yo responderle con mi cariño ilimitado”. 

 Desde que escribí lo anterior han pasado 32 años. En diciembre de este 2008 cumpliremos 62 años de matrimonio. Varios camaradas y amigos me  preguntan dónde está el secreto. Lo digo francamente. Hay que comportarse en la casa de tal manera, que ella sea la que mande y cuando haya una desavenencia no hay que alzar la voz ni cosa que se parezca. He optado por callarme cada vez que se enoja. Como decía mi camarada y amigo uruguayo Rodney Arismendi, “para pelear se necesitan dos a lo menos”, y si uno se calla no hay pelea.

--¿Qué papel jugó el Partido Comunista en el Gobierno  de la Unidad Popular?

 --Fue el principal protagonista y el colaborador más permanente desde el primer hasta el último día del Gobierno de Allende. Desde el momento de su constitución puso en marcha una nueva política que contemplaba una serie de medidas a fin de hacer realidad una revolución democrática con miras a construir una sociedad socialista. El Presidente  y el Partido Comunista coincidieron en definirla como una revolución socialista por una vía pacífica.

Los comunistas fuimos, además, los que más nos esforzamos en la aplicación práctica de su política.
  
--¿Cómo eran sus relaciones con el Gobierno en su calidad de  Secretario General del Partido Comunista?

 --Eran frecuentes, permanentes, nos reuníamos casi todas las semanas, en ciertas circunstancias todos los días. Lo hacíamos en La Moneda o en su casa de Tomás Moro. También con cierta frecuencia nos reuníamos los comunistas, los socialistas y Allende, lo que algunos llamaban la “mesa de tres patas”, por ser los partidos más numerosos de la Unidad Popular. Cada cierto tiempo de labor gubernamental realizábamos encuentros de análisis y balance todos quienes constituíamos la alianza gubernamental. 

--En una mirada retrospectiva a treintaitantos años, ¿Por qué no se pudo salir adelante? ¿Qué fue lo que pasó?

 --Hay dos factores o causas que terminaron con el derribamiento del gobierno del Presidente Allende: 
 El imperio norteamericano, bajo el gobierno de Richard Nixon hizo todo cuanto pudo primero para impedir el triunfo de Allende y su elección como Presidente de Chile y segundo para derribarlo e impedir que cumpliera su período como primer mandatario. Nadie puede negar estos hechos. Henry Kissinger, que fue el brazo derecho de Nixon, lo confiesa todo en sus memorias. Y lo demuestran o lo prueban también  los llamados documentos secretos de la CIA (Central de Inteligencia Americana) que se dieron a conocer a todo el mundo.

Pasados los primeros meses, surgieron, en forma creciente, diferencias entre los partidos  en cuanto a la aplicación del programa. Nosotros éramos partidarios de cumplir estrictamente lo que habíamos prometido, esto de  realizar los cambios revolucionarios de acuerdo con la Constitución y la ley, movilizando al pueblo para vencer la resistencia de los enemigos y buscar, en ciertos casos, el acuerdo con la Democracia Cristiana.  Surgieron voces al interior de la UP que trasuntaban o expresaban la  pérdida de tranquilidad por determinados problemas políticos y abogaban por la aplicación de medidas a contrapelo de lo que opinaban quienes se distinguían por su crítica al gobierno, sin buscar el entendimiento. Por ejemplo, se realizó una marcha de la Democracia Cristiana en Concepción, que fue autorizada, hubo quienes en la UP no la aceptaron. También hubo una vacante a diputado en la zona de Valparaíso. La vacante correspondía a un parlamentario DC. La opinión de Allende y el PC era no presentar candidato. Los socialistas insistieron y determinaron que el candidato les correspondía a ellos. Se produjo la elección y perdió el candidato socialista

--Con la estrategia de la rebelión popular de masas ¿hubo un cambio en la línea política del Partido Comunista de Chile trazada en sus diferentes congresos?

 --No hubo precisamente un cambio en la línea política, sino la incorporación de una nueva táctica, del uso de todas las formas de lucha, pacíficas o violentas, e incluso el empleo de las armas para echar abajo la dictadura. Este fue el planteamiento que hicimos el 3 de septiembre de 1980,  cuando habían transcurrido 7 años del Golpe militar, la dictadura había logrado  ya destruir la democracia chilena, se afianzaba y buscaba institucionalizarse mediante el Plebiscito que había convocado para el  11 de septiembre para refrendar su Constitución y asegurar la incesante auto-reproducción del sistema. Dicho plebiscito se realizaría –se realizó- sin Registros Electorales ni mesa receptora de sufragios sometidas al control popular. Para terminar con la dictadura ya no bastaba con la declaración de protesta y otros métodos tradicionales. A la dictadura no se le podía poner  fin mediante nuevas declaraciones y protestas. El llamado a la Rebelión Popular tuvo amplia acogida en la opinión pública y desde luego en los partidos de la Unidad Popular.

Inmediatamente de haberse realizado el plebiscito, la Unidad Popular formuló  en Santiago una declaración en la cual afirmó que el pueblo de Chile “reivindica su derecho a la resistencia contra la opresión que habrá de expresarse de los  más variados, masivos y efectivos métodos de lucha, incluso el supremo  derecho de la rebelión contra la tiranía”. La Rebelión Popular empezó a manifestarse a través de las mujeres que reclamaban contra la detención, desaparecimiento o asesinato de sus seres queridos. Se destacaron las huelgas de hambre de madres, esposas, hijas e hijos de los detenidos desaparecidos.

En las poblaciones se efectuaron cacerolazos y cadenazos en puntos neurálgicos de la red eléctrica que afectaban a bastas regiones del país y eran recibidas con entusiasmo por la mayoría ciudadana.  En el curso del mes de abril de 1981 se realizaron apagones a lo largo del país, voladuras de puentes y de líneas de trenes de Santiago al sur, de Valparaíso a Santiago y San Felipe a Los Andes. Fue asaltada la Armería Morandé y capturadas sus armas. En el mes de mayo de 1981 se tomaron las agencias periodísticas Asociated Press y  ANSA, transmitiéndose a través de ellas proclamas en contra de Pinochet, fue asaltada la Armería Italiana con la consiguiente captura de armas. En julio hubo un nuevo apagón que abarcó a gran parte del país. En agosto se realizó un asalto y captura de armas en las Armerías Ricci, Italiana y Real. En septiembre se produjo un nuevo apagón nacional y toma y quema de trenes de la línea Santiago-Valparaíso. 

 A la lucha contra la dictadura se incorporaron de más en más, con sus propias formas y sus propios métodos todos los partidos de la Unidad Popular, la Democracia Cristiana, los radicales y gente sin militancia política. 1986 fue el año de las grandes protestas, el año del Atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo y del desembarco de las armas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Carrizal. Estos últimos hechos llevaron el pánico a las filas de la burguesía.

En un sector de la oposición surgió la tendencia favorable a la conciliación con Pinochet. El gobierno norteamericano envió al país a un emisario suyo, Robert Gelbart, que se entrevistó con el gobierno, con todos los partidos, menos el comunista, instando a todos ellos a entenderse y aislar a los comunistas. 

 La aplicación creciente de la Política de Rebelión Popular llevó a la propia dictadura a buscar alguna fórmula de entendimiento  con sus enemigos de la burguesía. Ya en 1985 se habían tendido puentes de amistad y acuerdos entre unos y otros. En el mes de julio, el Cardenal Fresno, el Obispo Valech, el Vicario Precht y los políticos Patricio Aylwin, Carlos Briones, Francisco Bulnes, Enrique Silva Cimma, Pedro Correa, Andrés Allamand, René Abeliuk, Hugo Cepeda y Gabriel Valdés más Sergio Molina, Fernando Léniz y José Zavala, estos últimos asesores de Fresno, se reunieron en el Convento de Calera de Tango para buscar el diálogo y el entendimiento con Pinochet. Según documento publicado en el vespertino La Segunda el 26 de agosto de 1985 y diez años más tarde en el mismo diario, apareció una separata con el nombre de “Entretelones del Acuerdo Nacional”. Su autor José Zavala fue uno de los tres coordinadores del acuerdo. La Política de Rebelión Popular no pudo seguir aplicándose hasta derribar a Pinochet y su institucionalidad. Pero sin mediar ella, la dictadura se habría mantenido muchos años más. 

 --¿Por qué cree Usted que fracasan las dos grandes acciones que programa el FPMR para el año 1986: la internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado a Pinochet? ¿Coincide con el planteamiento de que ese año era “el año decisivo”?  ¿Estaban infiltrados? ¿Faltó capacidad logística? 

 --El atentado fue una operación muy bien preparada, pero se cometieron fallas garrafales. Es un hecho, por ejemplo, que los fusiles que utilizaron no eran los adecuados y todos los antecedentes que yo  tengo indican que los combatientes de Carrizal Bajo no cumplieron con las normas de clandestinidad  y su presencia terminó por llamar la atención de alguna gente. No hubo infiltrados.  El año 86 fue un año muy importante, fue el año  de las mayores protestas. Pero los dos hechos anteriores ocurrieron este mismo año y estos hechos hicieron que dejara de ser el año decisivo en la lucha contra la dictadura. 

--Usted es un hombre que conoció y practicó la política en profundidad. ¿Qué opinión tiene sobre los estilos y valores de la política actual? ¿Qué opina de la baja valoración de la política que tiene el ciudadano y la baja participación de los jóvenes?

 --La mayoría del país mira con desprecio la política de hoy. Ese desprecio se expresa de muchas maneras: mediante la reducción del número de los militantes de los partidos políticos, la reducción del número de ciudadanos que se inscribe en los registros electorales, el aumento de los que no van a votar, de los votos nulos o en blanco, el  desmérito de los parlamentarios y el repudio de la población a los actos de corrupción en que no pocos de ellos se ven involucrados y su convivencia con el sistema electoral vigente. A lo anterior se suma la preocupación que ellos tienen por aumentar de un modo u otro el monto de sus dietas y sobre todo el desinterés que demuestran por conocer la opinión de la gente incluida sus propios electores.

 Con anterioridad al Golpe de Estado la mayoría de  los  políticos se preocupaban de los grandes problemas nacionales, de la política económica, de las políticas sociales y de atender a la solución de los problemas que más angustiaban a la gente. Hoy esto no se ve o se ve en forma muy reducida. 

  --¿Cómo resolver esta situación?

 --No hay más solución que un cambio profundo terminando de raíz con todo aquello que dejó el sistema de Pinochet para que la ciudadanía chilena no tuviera mayor participación en la política chilena, y dejara la conducción del Estado en poder de los políticos que estuvieron con él o siguieron sus aguas.

 --¿Considera que los estilos de hacer política son diferentes si compara la época en que usted era parlamentario y el presente?

 --Considero que el aparato gubernamental, los que detentan el poder no solo en el Gobierno, sino en todas las instituciones del Estado, están en manos de los grandes intereses económicos y que es esto precisamente lo que hay que cambiar. No se trata de una cuestión de estilo o bien los estilos de hacer política imperantes tienen que ver con el modelo que viene de los tiempos de Pinochet.

 --¿Cómo mejorar la calidad de la política?

 --Ante todo cambiando profundamente la composición social y la orientación del gobierno.
 
--¿Qué mensaje entregaría a la juventud de nuestro  país, particularmente a aquella que manifiesta no tener interés en inscribirse en los registros electorales ni interés en la política?

 --Hay que hacer todo cuanto podamos por apoyar a la juventud que sale a la calle a defender sus demandas.

--¿Cuál es su legado?


 --Luchar hasta el último día de mi vida.