martes, 11 de agosto de 2015

LA MUERTE DE UN CRIMINAL







Patricia Quiroz. Santiago. 08/08/015. Falleció el jefe de la siniestra Dina, culpable de secuestros, desapariciones, asesinatos y torturas. Manuel Contreras acumuló 562 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos. Pese a eso, nunca lo degradaron como ex general.

Solo le quedaba la morfina. Y un par de antiguos cómplices de crímenes salvajes, “camaradas del Ejército”. Se habló de “conciencia difusa”, cuando en realidad la había perdido hace muchos años. Murió estableciendo un record vergonzoso en la historia penal del país, acumulando unos 500 años de condenas por asesinatos, secuestros, torturas y desapariciones de decenas de chilenas y chilenos.
Manuel Contreras Sepúlveda, ex director de la Dirección de Inteligencia Nacional, la siniestra Dina, la policía secreta de la dictadura cívico-militar que se dedicó a perseguir y reprimir a miles de ciudadanas y ciudadanos opositores al régimen dictatorial o que simplemente eran trabajadores, estudiantes, campesinos “sospechosos”; también la Dina se enfrentó a los dirigentes y militantes de los partidos democráticos y populares que encararon a la tiranía.

El jefe de la Dina “El mamo” le decían, murió este 7 de agosto, en la noche, a los 86 años, en una cama del Hospital Militar en La Reina, recibiendo atención médica y cuidados que él no solo impidió que se diera a cientos de personas, sino que ordenó y ejecutó acciones que llevaron a chilenas y chilenos a quedar severamente heridos o simplemente pasar a engrosar la lista de ejecutados políticos y de detenidos desaparecidos.

Su muerte fue literalmente celebrada por miles de personas a lo largo del país que llenaron las redes sociales y acusaciones e insultos a Contreras Sepúlveda, que conocieron la noticia en hogares o lugares públicos, y que se manifestaron en distintos puntos de varias ciudades condenando las operaciones de violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por este ex oficial del Ejército, lugares como el propio Hospital Militar y en la Plaza Italia de Santiago. “Un asesino menos” se leía en un cartel. “Verdad y justicia, no a la impunidad” se veía en otros.

Hasta la noche de su muerte, Manuel Contreras generó tensiones. A agrupaciones de derechos humanos, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos, no les gustó para nada que este represor falleciera sin haber sido degrado como general en retiro, es decir, perder esa condición, por los delitos que cometió. Las autoridades a las que les correspondía no hicieron los trámites legales pertinentes para que este auténtico promotor del genocidio dejara de ostentar una alta condición de ex oficial de las Fuerzas Armadas.

Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Afdd), Lorena Pizarro expresó que “es complicado y provoca frustración e indignación (que el represor haya fallecido ostentado la categoría de ex general) porque finalmente, si uno observa, Manuel Contreras a pesar de tener más de 500 años de condenas por distintas causas, igual murió en un plano de impunidad inaceptable”. Recaldó que “nunca el Ejército fue capaz de degradarlo”.

Y es que “El Mamo” tenía encima condenas por 562 años de cárcel, después de que la Justicia lo procesó y condenó por 75 secuestros, tres homicidios, asociación ilícita para delinquir, sustracción de menores, entre otros. Como si fuera poco, por esos delitos también tenía a su haber dos condenas a cadena perpetua. A pocos días de morir, Contreras fue condenado a otros de 20 años de prisión por los homicidios calificados de seis integrantes de una familia. La mayoría de sus crímenes los cometió entre 1973 y 1978.
El que fuera jefe de la Dina estuvo tras los asesinatos del ex Canciller chileno Orlando Letelier, ocurrido en Estados Unidos, y el del general Carlos Prats, acaecido en Argentina, y el intento de homicidio contra el dirigente de la Democracia Cristiana, Bernardo Leighton. Tendió su mano criminal hacia el exterior asociándose con bandas terroristas de origen cubano e italianas.


Dicen que fue la mano derecha del dictador Augusto Pinochet. En realidad, su mano ejecutora. Ambos, ahora, pasan a la lista de criminales y violadores de derechos humanos más repudiados por la inmensa mayoría de ciudadanas y ciudadanos de Chile y de muchos lugares en el mundo.